martes, 6 de noviembre de 2012

iPads y Diputados.

La Comisión de Presupuestos dedica todo el día de hoy a debatir las más de 3.000 enmiendas presentadas a los presupuestos del Estado para 2013, que suponen un gasto público de 235.904,43 millones de euros. Pero esto no es noticia. Lo noticioso es lo que pasa con los iPads de los diputados

Lo que hay sobre este tema es lo siguiente.

El Congreso compró hace un año, mediante concurso público, 400 iPads, coincidiendo con el inicio de la legislatura. La tableta sustituía a un ordenador portátil, tres veces más caro, que se entregaba en anteriores legislaturas. 

Son iPads de segunda generación, modelo que próximamente dejará de comercializarse.

  • De ellos, 350 se distribuyeron, al tomar posesión, entre los 350 diputados. Son propiedad del Congreso, y se entregan configurados con determinadas aplicaciones para el acceso documental a las bases de datos de la Cámara. Cuando un diputado cesa, devuelve su iPad. Se limpia -por fuera y por dentro- y se entrega a su sustituto.
  • Otros 20 se utilizaron por los servicios técnicos, especialmente los de informática, que deben testar y desarrollar la aplicaciones que se usan en los dispositivos.
  • 30 quedaron en reserva para sustituir los que se dañaran o sustrayeran.

Durante este año se han producido algunas pérdidas y extravíos. Hay que tener en cuenta que todos los diputados viajamos todas las semanas, y por ello no es raro que un número de ellos puedan perderse. De hecho, ha habido no pocas pérdidas que se han solventado tras visitar la oficina de objetos perdidos de aeropuertos o estaciones de tren. En menos de 30 casos, no ha sido posible recuperar el dispositivo.

Cuando se produce un hurto (por ejemplo, alguien que distrae el dispositivo de un diputado en un transporte público), el Congreso exige que se formule la correspondiente denuncia ante la comisaría de policía. En esos casos, se comunica al Congreso para su eventual reposición. De otra parte, los diputados son conscientes de la posibilidad de activar el servicio “Find my iPad”, y la conveniencia de proteger el dispositivo con contraseña. No consta ningún uso indebido o intrusión no autorizada desde iPads sustraídos. 

Así las cosas, la Junta de Informática, hace dos semanas, valoró un informe que hoy ha sido visto por la Mesa. En él, se solicita criterio para ver qué se hace en adelante, al estar a punto de agotarse la remesa de iPads 2 de recambio.

La Mesa ha estudiado hoy ese informe. No se ha tomado decisión alguna. Pero sí se han establecido algunos criterios por parte de la Presidencia, a expensas de lo que acordemos en una próxima reunión. Lo que hoy se ha establecido es que los iPads sustraídos serán inhabilitados remotamente, y que no se repondrán más allá del escaso remanente que hoy existe. Hay una razón para ello, la responsabilidad que todos los diputados tenemos en el uso de los medios que se ponen a nuestra disposición. También, el hecho de que en estos momentos la sociedad nos exige un uso incontestablemente austero de los bienes públicos. Nadie duda de que cuando se denuncia una sustracción, esta se ha producido. Pero en el ámbito de la responsabilidad pública, las cosas deben tratarse con especial rigor y preservando en todo caso la imagen de la institución.

Hasta aquí los datos. Es falso, pues, que se hayan perdido 50 iPads, o que se usen para fines que no corresponden a lo previsto. También es falso que se haya adoptado ninguna medida punitiva o correctora de ningún abuso.

Y tras lo datos, mi opinión. No calificaré la actitud previa que supone darle a este asunto mucho más relieve que a cualquiera de los que componen la agenda parlamentaria en un día como hoy. Sí digo que los diputados necesitamos disponer de ese dispositivo, para cosas tan esenciales en nuestra función como recibir convocatorias, consultar archivos, comunicar con otros diputados o contar lo que hacemos. Cualquier empresa que gestione información equipa a sus empleados con equipos similares. Sé que hay quienes dicen que eso lo deberían pagar los propios diputados. No estoy de acuerdo, porque de lo que se trata es de homologar los recursos de los que disponemos todos nosotros. Todos somos conscientes de que el país atraviesa mucha dificultades, y sinceramente creo que los diputados somos consecuentes con la austeridad que nos es exigida.

Lo que también es cierto es que los primeros interesados en que los representantes públicos no estemos bien informados, tengamos pocos medios para nuestra función o estemos escasamente pagados son los plutócratas; justo los que pretenden imponer su voluntad basados en los medios económicos y la preponderancia de un poder no democrático.