sábado, 30 de octubre de 2010

Opinión que me solicitan sobre la legalización del cannabis.


Un semanario me presenta este cuestionario relativo a la proposición 19, que se vota esta semana en California. Estas son las respuestas (sucintas, tal como se exige) que les he mandado.

1. ¿Qué posición mantiene al respecto de la legalización del cannabis? Contraria. Incluso desde una convicción liberal es posible justificar la prohibición de las drogas. Quien las consume percibe el placer que producen, pero es insensible hacia los potenciales daños que le causa. Por eso cabe establecer una protección intentando impedir legalmente su consumo. Un 10% de los que toman cannabis devienen en adictos. El porro puede causar problemas de salud tan diversos como brotes psicóticos o impotencia sexual. La prohibición es también un modo de proteger a los menores de edad. Holanda, el país más permisivo, está reconsiderando su actitud y estableciendo restricciones.

2. ¿Cree que un debate así podría producirse o tiene sentido en nuestro país?


Por supuesto que cabe el debate. Y ojalá fuera tan nutrido y democrático como el de la "Proposición 19" californiana. En este tema se juntan aspectos sanitarios, legales, económicos y de ética social. No hay que tener miedo a hablar de ello, y hacerlo sin dogmatismos. Pero convendría fiarse más de los técnicos y expertos y menos de los habituales representantes del pensamiento líquido.

3. ¿Qué opina de todo el proceso que se está desarrollando en California?


Está distorsionado por tres circunstancias. La económica: hay quienes plantean la legalización para imponer tasas y concesiones, y generar ingresos públicos como si fuera un nuevo maná. La geografica: la cercanía a México, donde se percibe la faceta más criminal del tráfico ilícito. Y la cultural: California siempre se ha creído la vanguardia de las tendencias estadounidenses. En todo caso, bendita la tierra donde los ciudadanos votan este tipo de proposiciones.

jueves, 28 de octubre de 2010

¿Batasuna en las elecciones?

La unidad de los partidos políticos es un elemento fundamental de la estrategia contra el terrorismo. No sólo por cuanto legitima las decisiones del Estado de Derecho, sino porque manda un mensaje claro, traducible en desesperanza, hacia los terroristas. Por ello no es bueno abundar en las diferencias entre los partidos democráticos, y sí en cambio afirmar las coincidencias. Pero también es cierto que parte de la lealtad que nos debemos consiste es saber señalar las equivocaciones que se ven en este asunto, algunas de las cuales trascienden la mera semántica y se pueden elevar a categoría.

Viene este comentario a colación del último artículo que publica Yolanda Barcina en su blog. Se refiere al posible regreso de Batasuna a las instituciones en las próximas elecciones, las forales y municipales del próximo 22 de mayo.

Y dice Barcina, textual, que

Ojalá Batasuna pueda estar presente en las próximas elecciones forales y municipales. Ojalá Batasuna pueda defender sus ideas y posicionamientos políticos en las instituciones con la única fuerza de la representación y la legitimidad que le otorguen los ciudadanos navarros. Ojalá podamos discutir y confrontar, mirándonos a los ojos, nuestros proyectos y planes sobre Navarra.

Para, a continuación, poner una serie de condiciones (les llama “hoja de ruta”) para que esa situación se produzca. Como corresponde, recomiendo la lectura completa del artículo, para que nadie diga que se desnaturaliza su sentido. Pero al mismo tiempo señalo su contundente inicio, que creo merece un comentario rotundo y clarificador.

Yo no quiero que Batasuna se presente a las próximas elecciones. Ni Batasuna ni nada que se le parezca. Y no elucubro ninguna condición para ello. Por tres razones fundamentales.

Una. Batasuna y Eta no son organizaciones simbióticas ni relacionadas. Son la misma organización. Lo ha determinado el Tribuna Supremo. No cabe albergar ninguna esperanza de que Batasuna se emancipe de Eta, es ontológicamente imposible. Hablar como si fuera un ente capaz de hacer otra cosa que lo que viene meramente condicionado por su propia esencia es algo pueril.

Dos. Me apunto a lo que ha dicho Basagoiti. Imaginemos que mañana Eta se disuelve. Sus herederos políticos, los que sean, deberían pasar al menos cuatro años de cuarentena. Que aborrezcan el terrorismo al menos un año por cada diez que haya ejercido Eta su acción criminal. Y después de este tiempo, la democracia verá que es lo que hace. Incondicionalmente. Es decir, Yolanda, que de ninguna manera estén en las elecciones que se celebren dentro de menos de 7 meses. Ni con “hoja”, ni con “ruta”. Cuarentena hasta que nos aburramos.

Tres. Y tampoco vale, de ninguna manera, lo que algunos parecen considerar como el preámbulo final de esta lacra: la verbalización de la condena previa a la legalización de Batasuna o su sucedáneo. No vale, claro que no, lo que dice Pepiño Blanco cuando expresa que Batasuna podrá participar en las elecciones si cumple la Ley de Partidos condenando el terrorismo”. No. El terrorismo no se condena prospectivamente, a futuro, como parece indiciar la táctica de Otegi. El terrorismo se aborrece en lo que ha supuesto de crimen, dolor, destrucción y acción liberticida. O se es capaz de hacer eso y reparar sus daños, o nada más vale.

Creo que debemos tener las ideas claras. No es cuestión de edulcorar la realidad, ni buuscar eufemismos, ni pintar mundos ilusorios. Batasuna no puede estar en la próximas elecciones de ninguna manera. Ni ellos ni nada que se les parezca en su esencia, que es la de ser la expresión política del terrorismo, razón legítima de su ilegalización. Esa “hoja de ruta” a la que alude Barcina no existe. Es imposible que exista.

sábado, 23 de octubre de 2010

Falacias que parecen encuestas


El pasado martes, Diario de Navarra publicaba la noticia de que UPN disponía de una encuesta preelectoral, cuyos resultados detallados se desvelaban. En la información se decía que el sondeo lo había realizado la empresa CIES, bien reputada en la plaza. Según indicaba la pieza periodística, unos previsibles resultados al Parlamento foral tendrían la siguiente distribución de escaños.

UPN: 18 parlamentarios.

NaBai: entre 12 y 14.

PSN: entre 10 y 11 escaños.

IU: 2 representantes.

CDN: ningún parlamentario.

PP: entre 4 y 5 representantes.

La noticia -construida por una filtración interesada- de por sí albergaba algún elemento digno de toda sospecha. El primero sugiere indagar por qué un partido político se gasta un buen dinero (probablemente unos 30.000 euros) para hacer una encuesta que pocas semanas después va a poder tener de manera gratuita. El llamado “Navarrómetro” se publicará a mediados de noviembre, y es un estudio en el que se invierte una buena cantidad, y resulta técnicamente solvente. El segundo es saber la razón por la que a todos los partidos se les atribuye una horquilla, mientras que al que paga el sondeo se le asigna una cifra cierta. El tercero, especular sobre la causa por la que una encuesta es filtrada directamente en el mismo momento de ser presentada ante la ejecutiva del partido que la ha pagado, esa misma tarde.

Pero el fundamental es el cuarto motivo para la sospecha: los datos de CIES son calcados a los que hace un año se reflejaban en el “Navarrómetro”, cuando éste no ha sido, ni mucho menos, un año políticamente inocuo. Recordemos el modo en el que UPN se constituyó en el voto decisivo, aquel 27 de mayo, para salvar a Zapatero de su dimisión y aplicar a pensionistas y funcionarios un severo recorte en sus emolumentos. Este hecho, verdadero punto de inflexión en la política navarra y española, ha tenido una traslación cierta y no disimulable al electorado del conglomerado UPSN, de manera que es patente un sentir social que muestra su repudio al entreguismo de los de Barcina a los socialistas. Ese estado de opinión, sin duda, debiera ser detectable en la intención de voto.

Cualquiera puede entender que la filtración era un acto más de propaganda pautada al detalle. Justo el mismo día en que UPN decide brindar un nuevo apoyo a Zapatero en forma de abstención a los presupuestos, sale en la página contigua del periódico tal supuesto sondeo. La presidenta de UPN alegó que tenía un viaje a Madrid para no dar la pertinente rueda de prensa, a pesar de que la Presidenta del Parlamento, Elena Torres, acudió al mismo acto que Barcina viajando el día posterior, sin ningún problema. Otro disimulo más. Y junto a él, lo que los británicos llaman “confounding”, un distractor que recabe la atención hacia otro lado. Todo quedó planeado para que el ingenuo lector quedara entretenido con su periódico del martes, y no pudiera valorar adecuadamente lo sustancial del momento.

Los datos son otros

Dispongo de una información que considero veraz que me indica que el sondeo, en realidad, decía otra cosa. En todas las encuesta políticas que se hacen se pueden distinguir dos tipos de datos. Unos son los que se califican como “intención de voto directo”, que es simplemente el cálculo de posibles escaños tomando como único elemento de juicio lo que se responde directamente por los encuestados. Tal cual, se pondera y se presenta la distribución. Pero cualquiera que sepa mínimamente de encuestas sabe que lo importante no es eso, porque las respuestas pueden estar sesgadas (el efecto del encuestado que cree que puede engañar al encuestador), y siempre hay una parte de los ciudadanos que ocultan su voluntad real de voto. Por eso las empresas que hacen los sondeos disponen de técnicas que les permiten ir más allá de las meras cifras declaradas, intentando eliminar los sesgos y atinar mejor en el pronóstico, para poder presentar la verdadera proyección de voto. Es la llamada “cocina”, que no es nada peyorativo para el pronóstico, sino todo lo contrario. De hecho, una buena empresa demoscópica -y CIES lo es- es una empresa que tiene una buena “cocina”, un buen “expertise”, que le permite afinar en sus predicciones mejor que otras. Para los que no sepan de esto diré que esa “cocina” es la combinación entre referentes de otras encuestas anteriores (la sociología electoral es siempre evolutiva) y el cruce y ponderación crítica de datos obtenidos de la propia muestra estudiada en cada caso.

Pues bien, según me dicen y yo me creo, si se hubiera filtrado la parte más y mejor elaborada de esa encuesta, los datos hubieran sido los siguientes (cifras que me facilitan sin “horquilla”).

UPN: 18 parlamentarios.

NaBai: 12.

PSN: 10.

IU: 2 representantes.

CDN: ningún parlamentario.

PP: 8 representantes.

Como puede verse, no sólo es una representación distinta, sino una posibilidad bien diferente de conformar mayorías alternativas, algo sobre lo que los partidos deberemos dar una respuesta clara a los electores antes de que éstos depositen su papeleta. Algo de lo que reiteradamente se niega a hablar UPN. La encuesta, por cierto, era un híbrido entre un estudio más pormenorizado sobre Pamplona -intentando validar la candidatura a la alcaldía de José Iribas-, y una extensión que permitiera pergeñar los datos para toda Navarra. No se han filtrado, qué casualidad, los datos de posibles escaños en el Ayuntamiento de la capital, que constan en el mismo sondeo.

Una interpretación

Hasta aquí la información de que dispongo. Ahora, la interpretación que creo tiene en el actual momento político, y lo que supone como actitud por parte de UPN.

Es lógico pensar que filtrar esa supuesta encuesta tenía un motivo inicial, que era desviar la atención sobre una noticia que se difundió a la par, el nuevo apoyo a Zapatero concedido vergonzantemente por Sanz y Barcina (que, en efecto, como dice el todavía Presidente, es verdad que no están todo el día riñendo, sino todo lo contrario), y sus silentes acólitos. Desviar la atención no significa sólo lo relativo a los lectores de Diario de Navarra, sino especialmente lo directamente referido a los mismos militantes regionalistas, bastantes de ellos hartos de tanta actitud genuflexa ante el peor partido socialista de la historia de nuestro país.

El segundo propósito tiene mucho que ver con el encargo del “Navarrómetro” por el Parlamento. Finalmente no se ha contratado con CIES, como ha sido costumbre en los últimos años. Pero esto no era conocido por Barcina cuando pidió la suya. De esta manera, si CIES era de nuevo la encargada de hacer el “Navarrómetro”, se podría ver implícitamente condicionada por el trabajo precedente (como buena empresa que es, no sería aceptable un cambio en sus pronósticos con sólo unas semanas de diferencia). Pero al optar el Parlamento por contratar con la empresa Ikerfel, parece obvio que UPN ha querido exhibir cautelarmente unos resultados a su medida, falsos y tergiversados, para condicionar o desacreditar los que se vayan a publicar dentro de tres semanas. Y tal vez lo haya hecho a costa del prestigio de la propia CIES. El lío y la confusión, ya se sabe, son la escapatoria que les queda a los manipuladores.

Añado algo: comprendo que un periódico como Diario de Navarra publique una información que le facilitan y considera relevante. La ley exige que cuando un medio encarga un sondeo se deba publicar la ficha técnica y los datos de voto directo y voto estimado, en tablas separadas. El Diario no ha encargado este sondeo, es obvio, pero lo ha publicado con una apariencia de solvencia (cuadratín comparativo incluído) que induce a confusión, y que no concreta lo que a ellos mismos les sería exigible en otro caso.

Éste es un reflejo de cómo andan las cosas. De cómo hay quienes que, en el mejor estilo pepiñesco, no se detienen en sus actitudes de manipular la opinión pública usando cualquier estratagema. El caso de la encuesta ficticia de UPN es representativo de muchas actitudes. No lo olvidemos nunca: quienes se creen con la capacidad de manipular y engañar a la gente son quienes menos debieran poder representarla. Un ciclo político, es verdad, está terminando. Se detectan sus estertores.

sábado, 16 de octubre de 2010

VI Congreso de Periodismo Sanitario. Ponencia sobre la ley del tabaco.

Hoy tenía que haber intervenido en el VI Congreso de Periodismo Sanitario, que tiene lugar en Oviedo. Concretamente, participando en una mesa redonda sobre la legislación que estamos tramitando en relación con el tabaco. Facilité a la organización este vídeo en el que intento resumir mi intervención, por si creen conveniente la posibilidad de emitirlo.

sábado, 9 de octubre de 2010

Aborto y objeción


Carta a la Directora publicada en la edición del 9 de octubre de 2010 de
Diario de Navarra


Durante la tramitación en el Congreso de la Ley del Aborto, UPN no presentó ninguna enmienda parcial. Tan sólo redactó una a la totalidad, con argumentos genéricos que en el PP compartimos. Pero el trabajo parlamentario debiera ser algo más. Tramitar una ley es una oportunidad para mostrar alternativas, y ello exige entrar a fondo en su articulado. Como UPN no lo hizo, nos quedamos sin saber cuál es su postura concreta en relación con la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios. Por eso resulta incongruente que la consejera Kutz se dedique últimamente a reclamar una ley nacional sobre el tema, cosa que su partido no ha hecho en el trámite que correspondía. Es especialmente chusco que además se permita achacar al PP su puesta en funcionamiento, como dijo en una reciente comparecencia parlamentaria.

He sido ponente del Grupo Popular en la Ley del Aborto. Me he responsabilizado de redactar decenas de enmiendas al articulado, en una de las cuales exponíamos lo relativo a la objeción de conciencia. En concreto, planteábamos que “ningún profesional podrá sufrir menoscabo o discriminación alguna en su situación laboral por negarse a participar en tales intervenciones (abortos). Así mismo, se deberá mantener confidencialidad sobre la identidad de quienes optaran por la objeción de conciencia, en los términos establecidos por la ley”. Y además, propugnábamos que “las administraciones públicas no podrán requerir, en sus procesos de selección y provisión de plazas, la obligación de participar en los abortos”.

Esa enmienda es fruto de varias reuniones que he mantenido con la Organización Médica Colegial (OMC) y con numerosos expertos en bioética y deontología médica. Lo que la consejera Kutz parece que no sabe es que los representantes de los médicos no quieren una ley sobre la objeción de conciencia, porque temen que ello suponga la creación de una “lista negra” que acabe señalándolos y discriminándolos. Lo que plantea la OMC y en el PP hemos recogido es que se aplique la jurisprudencia del Tribunal Constitucional que ya existe; es decir, que se respete un derecho constitucional sin más cortapisas legales. Creo que la misma consejera no es consciente de lo que reclama, o al menos no conoce la implicación que puede acarrear.

En esta materia, al margen de inconsistencias como la que señalo, lo que subyace es otra cosa. El PSN ha aprobado una ley del aborto para Navarra, y ello no ha supuesto que UPN rompa sus relaciones con los socialistas, como sí hizo cuando el CDN se abstuvo en la ley del vascuence. Algunos lo llaman gobernabilidad. Yo creo que es actuar con un lamentable criterio político.