(Publicado en Diario de Navarra el 9 de enero de 2011)
La política debe aportar a la sociedad principalmente tres cosas. Ideas, actitudes y liderazgos. Las ideas son imprescindibles para buscar soluciones a los problemas. Las actitudes marcan la diferencia entre quienes están cerca o lejos de la realidad de las personas. Y los liderazgos constituyen la fuerza necesaria para poner en marcha las decisiones que se deban tomar. Parece evidente que en la actual realidad de Navarra hay una enorme carencia de las tres cosas. La crisis económica está en su peor momento, el pesimismo social es generalizado, y en cambio no se percibe un impulso político que nos permita albergar esperanzas de que las cosas se solucionarán algún día.
Esta reflexión se puede ilustrar con datos. 43.011 navarros han empezado el año buscando un empleo. Durante 2010, el paro en Navarra se incrementó en el 5,8%, y en el conjunto de España en el 4,5%. Durante el pasado Debate del estado de la Comunidad, Miguel Sanz afirmó textualmente que "Navarra es la comunidad española que mejor está superando la crisis". También aseveró que "lo más duro del ciclo de la crisis ha terminado". Desde entonces, se han generado 1.637 parados más. Esas frases, por tanto, se demuestran completamente falsas. De hecho, si descontáramos el efecto tan positivo que tiene para nuestra economía la factoría de Volkswagen, que crece en producción y mantiene empleo gracias a la exportación, la preocupación debería ser aun mayor. Lo peor en este caso no es sólo la dantesca cifra de parados, que si vivieran todos en la misma ciudad sería la segunda población de Navarra, mayor que Tudela. Lo que es inaceptable es que cuando peor estamos y cuando más cosas quedan por hacer, el mensaje propagandístico que se difunda sea ese. Hablando de actitudes, es la peor actitud, la que no se merecen ni esos miles de parados ni el conjunto de los navarros.
Durante estos años, el Gobierno de Navarra de UPN y su socio el PSN se han empeñado en que para resolver la crisis lo que se debía hacer era subvencionar todo lo subvencionable. Ahorro el listado, para no acabar con el espacio de este artículo. La consecuencia ya la podemos valorar: ha crecido el déficit y la deuda, y en cambio no se ha conseguido un diferencial de economía real proporcional a esa ingente inversión. Hace poco, la Institución Futuro explicaba que Navarra es la cuarta comunidad española con más deuda por habitante. Las próximas generaciones de contribuyentes van a tener que aportar más impuestos para sufragar el gasto que hoy mismo se está produciendo. Vivimos a crédito, que es la escapatoria que utilizan los políticos que no saben aplicar coraje y liderazgo para solventar los problemas del presente. El PPN pidió hace más de dos años que la administración se aplicará en la austeridad, y se despreció nuestra voz. Hoy se anuncian algunas decisiones, como la reordenación del sector público empresarial o la reprogramación de algunas obras. Medidas tardías y apenas bosquejadas, que demuestran la carencia de criterio con que se ha venido funcionando en esta legislatura.
En los años en los que estuve en el Gobierno de Navarra teníamos siempre la mirada puesta en Europa. Queríamos compararnos con las regiones europeas más punteras, sabedores de que el entorno social y económico en el que nos teníamos que mover era ese. Ahora resulta penoso que todo el afán comparativo se centre en el resto de España, que es el peor país de la Unión en empleo y progresión de su deuda pública. El Gobierno de Navarra, los partidos que le sustentan (UPN y PSN) y varios de sus entornos socio-empresariales se empeñan en contar que “estamos mejor que España”. La cortedad de esa mirada es lacerante. Quienes se conforman con ser el tuerto en el país de los ciegos muestran una actitud que, sinceramente, no nos merecemos. Esa descalificación que se dirige al PPN cuando advertimos de los fallos que se están cometiendo, alegando que hay otras comunidades gobernadas por nosotros que están peor, es apenas una mala excusa. A nosotros nos importa Navarra, en donde disponemos de un régimen foral distinto al de los demás, que permitiría disponer de medidas que otras comunidades no alcanzan, como las fiscales o las necesarias para incentivar la economía real y el empleo.
Ideas que no se ven por ningún lugar. A UPN se le ha acabado el repertorio y el PSN reitera el que no sirve, como los vergonzantes subsidios de 200 euros para los estudiantes. Actitudes que siguen siendo las de la propaganda y el ensimismamiento político. Y liderazgos que sólo se ejercen para intentar anularnos a quienes queremos aportar soluciones realistas a los problemas. El panorama con el que arrancamos 2011 no es el más favorable. Aunque como sabemos, tendremos pronto la ocasión de cambiar las cosas que haya que cambiar. A eso aspira el PPN.
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