De toda la vida de Dios, la administración ha tenido un modo simple de contar cómo le iban las cosas en materia económica y presupuestaria. Si sobraba dinero después de terminar el año, se hablaba de superavit. Si se había gastado más dinero del ingresado, se hablaba de déficit. Vaya, nada distinto de la contabilidad de una empersa o una familia. Creo que incluso lo habrán contado Epi y Blas en algún episodio de Barrio Sésamo: “Sobra dinero, superavit. Falta dinero, déficit”.
Bueno, pues resulta que las cosas se han complicado. O mejor dicho, las cifras se han manipulado. La semana pasada el consejero de Hacienda decía que se había cerrado el año 2010 con un “resultado positivo a pesar de la crisis”. Observesé que no se habla de que haya sobrado dinero, sino de que hay un "resultado positivo". La expresión eufemística, desconocida hasta ahora en la contabilidad pública, exige que pasemos el algodón de las cifras. Y es entonces cuando vemos que de los 4.197 millones de euros que se gastaron, se tuvo que acudir al banco a pedir prestados casi 500, más del 11% del total. Es decir, que una parte nada despreciable de lo que el Gobierno de Navarra hace hoy lo tendrán que pagar los contribuyentes futuros. Varias veces he dicho que esto no sólo es un serio peligro económico, sino que supone un fraude político. Aquí algunos se cuelgan las medallas mientras acuden al banco para que se las financien a crédito.
Lo peor de todo es, sin duda, que nos tomen el pelo. Es triste que no haya quien le saque los colores al consejero por urdir el engaño y no contar la realidad de un asunto que es muy serio y nos interesa a todos. La actual crisis económica exige que se muestre la realidad tal y como es, sin tergiversaciones. Ya sé que esto no es Grecia, que aquí las cosas se hacen mejor. Pero por algo empezaron los griegos; seguro que con los juegos malabares de algún político que se creyó más listo que ciudadanos y periodistas. Yo casi prefiero que las cosas importantes nos las expliquen Epi y Blas.
"Lo peor de todo es, sin duda, que nos tomen el pelo."
ResponderEliminarSeguimos sin saber tu postura en Twitter. ¿Responderás a las preguntas que hagan ciudadanos desde ese medio (o este), o seguirá siendo un púlpito para tí?