miércoles, 27 de enero de 2010

Datos sagrados, opiniones libres


(Comentario para "El apunte", en las emisoras de la Cadena Ser en Navarra)

A los alumnos de periodismo les enseñan una frase que debiera guiar siempre su labor informativa. Dice que “los datos son sagrados, y las opiniones son libres”. En efecto, lo que se puede constatar con cifras se tiene que constatar con cifras, y de lo que se deba opinar, se debe opinar con libertad y responsabilidad. Pero en ocasiones, la realidad demuestra que se intentan tergiversar los términos de tal imperativo. Para algunos, las cifras son libres y, en cambio, las opiniones parecen sagradas.

Viene esto a cuento de un ejemplo cercano, en el que se demuestra que nada mejor que las cifras para esconder la mismísima realidad. En los presupuestos de Navarra del año pasado se previó un ingreso por impuestos de 3746 millones de euros. La semana pasada, el consejero Miranda decía que habían entrado finalmente en caja 3002, es decir, 744 menos. Y opinaba que era una buena cifra, a pesar de que supone la mayor osca que nunca se haya conocido en Navarra. El descalabro de las cuentas públicas es un efecto directo de la crisis económica, pero también del modelo político que se sigue para componer los presupuestos entre UPN y el PSN. A pesar de que bajan los ingresos, se sigue aumentando el gasto. Es decir, la administración se permite hacer todo lo contrario de lo que se ven obligadas a hacer las familias, los comercios o las empresas. Como sin no pasara nada, como si los problemas no existieran.

Hay otra faceta relevante en este asunto. Siempre, el consejero de Hacienda había merecido un cierto respeto. Un respeto que él mismo se ganaba a base de ser el que supiera contar la verdad sin tergiversaciones, aunque resultara incómodo. Ahora es diferente. Ahora hay que ser optimista aunque se sea falso. Y por eso al ciudadano se le oculta el camino que se ha emprendido, que es el de endosarle a los que vengan detrás el gasto que se está consumiendo hoy. Hacer eso es una irresponsabilidad, y también un fraude político. Tanto como utilizar la taumaturgia de los datos para intentar sobrevivir a las críticas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario