Alguien pensó que el titular del primer periódico del año pudiera ser "40.000 navarros empiezan 2010 buscando un empleo". Y ese mismo alguien pensó también que lo mejor sería buscar algo para que el personal estuviera entretenido pensando en otras cosas. Y fue entonces cuando apareció la idea, como la estrella del belén. Hay que contarle al periódico que estamos trabajando en algo muy importante, algo acorde con la modernidad más recalcitrante y el futuro de progreso que Navarra merece. Así, con esos ínfimos mimbres, se gestó la petulante noticia. Los rectores políticos navarros están dispuestos a poner en marcha una "estrategia propia" para desarrollar el coche eléctrico, que como es sabido es paradigma de un tiempo venidero próspero, ecológico y sostenible. Hecha la idea, hecha la cosa.
La noticia, por llamarlo de alguna manera, es la nada. Se resume todo en unas declaraciones del vicepresidente Miranda en las que afirma que "tenemos que poner en marcha nuestra propia estrategia para seguir teniendo la iniciativa". Y punto. Y titular en portada. Y foto. Y final de la historia. Sería para ponerse colorado si el que cuenta la película -un cortometraje nihilista- no estuviera ya suficientemente entrenado. Se propone toda una “estrategia propia” en un asunto de una dimensión global que, a la vista está, apenas es entendido por quien lo contó al periódico. Porque para que el coche eléctrico sea una realidad hay que hacer cosas tan relevantes como: crear nuevas tecnologías de baterías y materiales; aplicar desarrollos de nanotenología a los sistemas de almacenaje; diseñar redes nacionales de suministro eléctrico inteligentes y más eficientes; ver si Evo Morales cede el uso del litio boliviano (el 50% de las reservas mundiales) para fabricar pilas recargables; coordinar en la UE nuevos modelos fiscales y tarifarios para la electricidad; diversificar las fuentes de generación; adaptar los sistemas de suministro final a hogares y centros de aprovisionamiento público; promover incentivos empresariales para el I+D; reconvertir todo el sector auxiliar del automóvil... Y así, unas cuantas cosas más.
Abarcar todo ello es lo que conformaría una estrategia. Lo demás es palabrería. Porque no se ha dicho que Navarra vaya a intentar aprovechar oportunidades en ese campo, lo cual sería muy lógico, sino que se nos intenta hacer creer que somos, una vez más, autosuficientes. Capaces de hacer las cosas por nuestra cuenta y mejor que nadie. Los “barbis”, en popular expresión navarra. Mostrar esa actitud tan vacua es engañar. Es pintar un panorama tan alejado de la realidad del mundo que resulta todo un insulto a la inteligencia de los medianamente informados de las cosas que pasan un poquito más allá del visillo del comedor.
Porque lo que hay detrás, en la lógica política de los manipuladores, es que si eso es posible no es sólo gracias a la suma de CENER + UPNA + UNAV + VW + MODERNA. Si la cosa se plantea es por la clarividencia de los Roig, Miranda y Sanz. Políticos incapaces de controlar el calamitoso estado de las cuentas públicas en Navarra; incapaces de hacer política si no es al dictado del PSN; incapaces, algunos, de cruzar una sola palabra con compañeros suyos de gabinete. Pero eso sí, muy capaces de montar toda una “estrategia propia” para poner en marcha el proyecto de coche eléctrico. La cosa -la noticia, digo- sería propia de un día 28 de diciembre, pero lo triste es que es en sí misma real. Tan real como la petulancia con la que se cuenta; tan real como la pretensión de tener a la gente embobada en medio del humo que se vende. Tan real como el síntoma que supone de un modo de gobernar basado en alícuotas dosis de autosuficiencia, cortedad y actitud manipuladora sobre la opinión pública.
Pero el asunto tiene que contemplarse en un plano mayor. Repasando algunas noticas recientes encontramos un hilo conductor de no pocas cosas que están pasando en Navarra. Caja Navarra está en un proceso de integración con otras entidades españolas, en plena reconversión del sistema financiero. La sociedad Autovía del Camino puede ser vendida a un fondo de infraestructuras alemán. Y aparecen rumores de que la división de renovables de Acciona, heredera de la navarra EHN, podría ser enajenada a una firma japonesa con la que el grupo mantiene una amplia relación industrial. Las tres noticias tienen plena lógica económica. Tiene lógica económica que la Caja no se quede aislada en el mundo, e intente liderar un proyecto mucho mayor, más allá de nuestras mugas, con fórmulas nuevas para consolidar balances y solvencia. Tiene lógica económica que si Navarra encomendó la construcción y gestión de una infraestructura a una mercantil, ésta pueda negociar y traspasar sus activos como considere oportuno. Incluso tiene lógica económica que algunos quieran especular con las asignaciones eólicas, y vender una empresa después de haberla recompuesto.
No seré yo quien critique ninguna de esas posibilidades por sí mismas, aunque alguna me pueda gustar más o menos. Lo que conviene recordar ahora es que durante mucho tiempo se nos ha estado diciendo a los navarros que éramos los líderes en encontrar soluciones propias y genuinas a problemas comunes, y sabíamos montar estructuras económicas para-públicas que precian solventes y autosuficientes. Hoy vemos que eso no es así, que las cosas que ocurren en muchos terrenos tienen una magnitud global, bastante más amplia que las dimensiones de la huertica que algunos quieren contemplar. Esa lógica económica nos lleva a plantear una lógica política. Igual que no se puede ir por el mundo como aquel Paco Martínez Soria que aparecía por Madrid, lo que los navarros necesitamos para podernos hacer valer en medio de un espacio económico y político que se amplía y se hace más complejo es una representación que tenga la mirada amplia y la capacidad de hacer llegar la voz ciudadana a todas partes.
La misma voz que en Navarra habrá que emplear, las veces que sea necesario, para interpelar al cuentista y al palurdo.
La noticia, por llamarlo de alguna manera, es la nada. Se resume todo en unas declaraciones del vicepresidente Miranda en las que afirma que "tenemos que poner en marcha nuestra propia estrategia para seguir teniendo la iniciativa". Y punto. Y titular en portada. Y foto. Y final de la historia. Sería para ponerse colorado si el que cuenta la película -un cortometraje nihilista- no estuviera ya suficientemente entrenado. Se propone toda una “estrategia propia” en un asunto de una dimensión global que, a la vista está, apenas es entendido por quien lo contó al periódico. Porque para que el coche eléctrico sea una realidad hay que hacer cosas tan relevantes como: crear nuevas tecnologías de baterías y materiales; aplicar desarrollos de nanotenología a los sistemas de almacenaje; diseñar redes nacionales de suministro eléctrico inteligentes y más eficientes; ver si Evo Morales cede el uso del litio boliviano (el 50% de las reservas mundiales) para fabricar pilas recargables; coordinar en la UE nuevos modelos fiscales y tarifarios para la electricidad; diversificar las fuentes de generación; adaptar los sistemas de suministro final a hogares y centros de aprovisionamiento público; promover incentivos empresariales para el I+D; reconvertir todo el sector auxiliar del automóvil... Y así, unas cuantas cosas más.
Abarcar todo ello es lo que conformaría una estrategia. Lo demás es palabrería. Porque no se ha dicho que Navarra vaya a intentar aprovechar oportunidades en ese campo, lo cual sería muy lógico, sino que se nos intenta hacer creer que somos, una vez más, autosuficientes. Capaces de hacer las cosas por nuestra cuenta y mejor que nadie. Los “barbis”, en popular expresión navarra. Mostrar esa actitud tan vacua es engañar. Es pintar un panorama tan alejado de la realidad del mundo que resulta todo un insulto a la inteligencia de los medianamente informados de las cosas que pasan un poquito más allá del visillo del comedor.
Porque lo que hay detrás, en la lógica política de los manipuladores, es que si eso es posible no es sólo gracias a la suma de CENER + UPNA + UNAV + VW + MODERNA. Si la cosa se plantea es por la clarividencia de los Roig, Miranda y Sanz. Políticos incapaces de controlar el calamitoso estado de las cuentas públicas en Navarra; incapaces de hacer política si no es al dictado del PSN; incapaces, algunos, de cruzar una sola palabra con compañeros suyos de gabinete. Pero eso sí, muy capaces de montar toda una “estrategia propia” para poner en marcha el proyecto de coche eléctrico. La cosa -la noticia, digo- sería propia de un día 28 de diciembre, pero lo triste es que es en sí misma real. Tan real como la petulancia con la que se cuenta; tan real como la pretensión de tener a la gente embobada en medio del humo que se vende. Tan real como el síntoma que supone de un modo de gobernar basado en alícuotas dosis de autosuficiencia, cortedad y actitud manipuladora sobre la opinión pública.
Pero el asunto tiene que contemplarse en un plano mayor. Repasando algunas noticas recientes encontramos un hilo conductor de no pocas cosas que están pasando en Navarra. Caja Navarra está en un proceso de integración con otras entidades españolas, en plena reconversión del sistema financiero. La sociedad Autovía del Camino puede ser vendida a un fondo de infraestructuras alemán. Y aparecen rumores de que la división de renovables de Acciona, heredera de la navarra EHN, podría ser enajenada a una firma japonesa con la que el grupo mantiene una amplia relación industrial. Las tres noticias tienen plena lógica económica. Tiene lógica económica que la Caja no se quede aislada en el mundo, e intente liderar un proyecto mucho mayor, más allá de nuestras mugas, con fórmulas nuevas para consolidar balances y solvencia. Tiene lógica económica que si Navarra encomendó la construcción y gestión de una infraestructura a una mercantil, ésta pueda negociar y traspasar sus activos como considere oportuno. Incluso tiene lógica económica que algunos quieran especular con las asignaciones eólicas, y vender una empresa después de haberla recompuesto.
No seré yo quien critique ninguna de esas posibilidades por sí mismas, aunque alguna me pueda gustar más o menos. Lo que conviene recordar ahora es que durante mucho tiempo se nos ha estado diciendo a los navarros que éramos los líderes en encontrar soluciones propias y genuinas a problemas comunes, y sabíamos montar estructuras económicas para-públicas que precian solventes y autosuficientes. Hoy vemos que eso no es así, que las cosas que ocurren en muchos terrenos tienen una magnitud global, bastante más amplia que las dimensiones de la huertica que algunos quieren contemplar. Esa lógica económica nos lleva a plantear una lógica política. Igual que no se puede ir por el mundo como aquel Paco Martínez Soria que aparecía por Madrid, lo que los navarros necesitamos para podernos hacer valer en medio de un espacio económico y político que se amplía y se hace más complejo es una representación que tenga la mirada amplia y la capacidad de hacer llegar la voz ciudadana a todas partes.
La misma voz que en Navarra habrá que emplear, las veces que sea necesario, para interpelar al cuentista y al palurdo.
Te invito a mi blog. Lo vas a flipar. ¿te vas a quedar sin verlo?
ResponderEliminarhttp://lossecretosdelmentidero.blogspot.com/
Excelente post. Sin duda algunos hacen la politica
ResponderEliminarde la imagen sustituyendo la verdad por sus reflejos
vacuos q ya no engañan a nadie
un saludo